jueves, 22 de noviembre de 2012

Como nadar en Moscú y no morir en el intento. Parte I

Lo más fácil para nadar en Moscú es comprar un traje de neopreno, tirarte al río y nadar de lao a lao. Si ya te pones exquisito y quieres ir a una piscina tienes que currártelo más. Tengo que decir que estaba avisado de cómo era el proceso para conseguir ir a la piscina aquí, pero aún así quise comprobarlo por mí mismo. 

Día 1
Entonces...quiero ir a nadar, ¿no? pues voy a la piscina, donde coño voy a ir si aquí no hay playa y el agua de los lagos y de los ríos está que corta. Pues voy pa allá y pregunto por la справка (spravka en cristiano, lo que pasa que lo puse en cirílico pa que se note que las clases de ruso están dando resultado... :) ). La spravka es un certificado médico, o eso entiendo yo, y que en este caso se necesita para poder ir a nadar. Según la gente del lugar se puede sacar en la misma piscina, ya que hay un médico que te hace el "reconocimiento" y te da el papelito en el momento. Además, te lo hace por un precio razonable: 10$ y te dura 3 meses. Vamos al médico este y le decimos que queremos la spravka esta y tal y cual. Abre la boca para preguntarnos que de dónde somos. Casi mejor que no la hubiese abierto porque le debió de entrar mal el aire y se puso a toser como un cosaco. Era para decirle que se tapara la boca con la mano, pero no por el asco que daba ni porque nos estaba echando sus gérmenes si no porque con esa tos había riesgo de que le saliese un pulmón por la boca. Bueno que me voy del tema, nos hace unas preguntas, va a por un papel, pinta una raya en el papel y dice algo como que vayamos a la taquilla a que nos sellen este papelito y paguemos. Me estaba asustando, iba a conseguir la spravka a la primera. Pero no. La de la taquilla no tenía ni puta idea de lo que había que hacer con ese papel. Fue a buscar al médico a ver para que era pero nada, de hecho ni nos contestó, encontramos a una señora que hablaba inglés (sí, a veces ocurren milagros) y ya nos dió ella la respuesta. La versión oficial era que como no somos rusos no se puede sacar ahí. Total, la visita a la piscina me valió para, además de conocer la propia piscina, saber que el médico tenía un problema con el alcohol, otro con el tabaco y que no tenía complejos, si no no se explica lo de que tuviera la bragueta abierta.

Día 2
Una vez descartada la opción de sacar la spravka en la piscina sólo queda una opción: ir a una clínica privada. Nos habían dicho una así que vamos para allá directos. Se nota que era privada porque nos mandan a una recepción sólo para extranjeros, donde por supuesto la gente sabe más idiomas además del ruso. Por desgracia, la médica que estaba allí sólo hablaba francés y tuvo que llamar a otra que hablaba inglés. Todo esto para decirnos que hay que ir antes de las 7, que ahora era demasiado tarde (serían las 7.30 o 8 menos algo). Otro día perdido.

Día 3
Volvemos a la clínica, y son menos de las 7. Paso yo primero y me empiezan a contar un rollo que me hacen hasta dudar sobre si quiero sacarme la spravka o no. Al final acepto, doy mis datos y echo unos cuantos autógrafos. Luego nos vamos al médico, al dermatólogo para ser exactos. Nos mira un pie, no sé muy bien para qué, ¿tema de hongos quizás?¿por qué nos mira sólo un pie? nos pregunta si tenemos problemas en la piel: no, y si los tuviera no te lo iba a decir. Resultado final: spravtka conseguida para 6 meses. Coste de la operación: 3 días dando vueltas como un tonto y 1600 rublos (unos 40€). 

Con spravka en mano vamos para la piscina. Se la enseñamos todo orgullosos a la de la taquilla y nos manda para el médico otra vez. ¡No me jodas que hoy no voy a poder nadar tampoco! Todo queda en un susto, sólo la tenía que sellar y pedirnos los datos por enésima vez. Claro ejemplo de la burocracia rusa. Al final, contabilizo 5 sellos en la puta spravka, yo creo que en este país un sello es lo que más vale después de los billetes de 5000 rublos. ¡Ya por fin podemos sacar la entrada! coño pero... ¿450 rublos? joder, vaya día, 11€ por nadar. Luego nos informamos bien de los precios y los hay más baratos, pero por menos de 5€ es imposible nadar, y para que te salga por 5€ cuidao...

Y hasta aquí para sacarse la spravka, en la próxima entrada llega lo de la piscina, que las piscinas son...

La spravka sin cubrir que nos dió el de la piscina y que no valió para nada

lunes, 12 de noviembre de 2012

Cuando iba a ir al Bolshoi y acabé en el teatro de al lado

La idea era ir al Bolshoi, la obra daba igual, a mí por lo menos no me interesaba mucho. Y parecía que ibamos a ir al Bolshoi, miramos la obra en la web del Bolshoi y la entrada ponía algo de Bolshoi, pero creo que había algo que no me contaron... Primero fuimos a un teatro pequeño al lado de donde se compran las entradas, la señora nos dice que ahí no es, que vayamos al edificio grande mientras nos señala el Bolshoi, coño que suerte! pero llegamos ahí y...no, la opera es en el teatro de al lado, uno que está justo a la izquierda. Al parecer el Bolshoi organiza obras pero no todas son en ese teatro, sino que se reparten entre los teatros que tiene al lado (yo por lo menos ví 2 más). Todos los teatros son decentes pero son mucho más pequeños que el Bolshoi. Por eso se llama Bolshoi precisamente, ya que significa grande en ruso. Se curraron mucho el nombre, se comenta que cayeron varias botellas de vodka mientras lo discutían. A la quinta botella sólo quedaba uno en pie pero desgraciadamente ya no estaba pa pensar mucho. Aún así, el teatro a donde fuimos (que no sé como se llama la verdad) estaba bastante cuidado y la decoración te hacía retroceder varios siglos en el tiempo, como casi cualquier teatro.

La opera que fuimos a ver era "La novia del zar" (The Tsar's Bride) y se dividía en 4 actos. Cuando empezó pensé que hasta me iba a gustar, era sólo música. Luego de repente se abrió el telón. Yo ni siquiera me había percatado de donde estaba el escenario, pensaba que era sólo música, en plan concierto. Ya me parecía raro que se pusiesen a contar la historia de la tía esta y el zar sólo con música. Como veis, no tenía ni puta idea de donde estaba. A partir de aquí fue cuando me empecé a aburrir un poco. Primero apareció un tío cantando que tenía una voz ronquísima, le recomendé Frenadol para pasar el invierno. Debía ser barítono o bajo, pensé. Luego no me enteré de mucho de la historia, si ya entiendo poco ruso si me lo cantan la cosa se desmadra. Lo bueno era que había una pantalla que te lo iba poniendo en rusglish. El rusglish es un idioma que usan los rusos que intenta parecer inglés pero que no llega a serlo. Yo no es que sea un experto en inglés precisamente pero en esa pantalla ví cosas un poco raras...for in order to¿? need's¿?. Yo pensaba que esto era más serio pero bueno ya me voy acostumbrando a Rusia... A lo que iba, el caso era que había una mujer que le gustaba el zar pero el zar era un pichabrava y a él le gustaba otra. No sé como acabó la historia porque en el descanso entre el 2º y el 3º acto me marché. Aún así aguanté más que mucha gente, el primer descanso hizo lo suyo. Tengo que decir también que a la señora de al lado no le debió de gustar mucho que estuviera todo el rato con el móvil y que incluso me sonara una alarma...quizás esto influyó en que se marchase en el primer acto, no lo sé. Lo siento señora. También he de decir que no era el único que recurrió al móvil para escapar del aburrimiento. Siguiendo con la opera y sin tener ni puta idea de ella, tengo que decir que, no os voy a engañar, me pareció un poco aburrida. Estaba ambientada en una época de hace la ostia de años y además la historia era muy simplona, tampoco sabía muy bien que esperar de una opera. Si estáis interesados en la obra podéis buscarla por internet por su nombre en inglés. Seguro que es una obra excelente, como dije antes no tengo ni idea de opera. Por eso la próxima vez que me vaya a tragar otra opera espero que sea en el Bolshoi verdadero, que así cuando me aburra me pongo a mirar pal techo en vez de sacar el móvil.

Las fotos están hechas con el móvil y no son una maravilla, pero algo es algo.


El Bolshoi, donde ibamos a ir

Dejando el Bolshoi a un lado...


Donde finalmente fuimos